martes, 10 de septiembre de 2013

¿Qué diferencia hay entre una pinta de cerveza y una meada?



"En Alcalá, allá donde vayas, para acompañar las conversaciones, unas aceitunas, unas gambas o unas papas aliñás, siempre hay una cerveza y esa cerveza es la Cruzcampo. Normalmente de tirador; en verano de salmuera por si acaso y en la Avenida Santa Lucía. Luego está el botellín, más para la noche, en la terracita o en el bar, un tercio, un cuarto o un quinto, y te distraes quitándole la etiqueta mientras intentas cazar las mirada de la que te gusta. El botellín de Cruzcampo también es figura perenne en todos esos mundiales o europeos donde la roja no alcanzaba más allá de los cuartos o cuando el Betis por fin ganó su segunda copa. La litrona era más para una tarde en la retama con una bolsa de pipas, un viernes en el “cespesito”, o un guiso en los pinos cuando se podía. Y luego la lata, la menos prestigiosa, que la dejamos pa la playa y la neverita.

Yo era hombre de una sola cerveza..."
La religión que más seguidores aglutina en el Reino Unido tiene al pub como lugar sagrado de congregación y aquí las ostias vienen en plural y al final, si la cerveza -verdadero ídolo de adoración- ha corrido en manantiales. De eso va el último artículo en Guadaíra Información, por el amor limpio y puro que los ingleses tienen por las agrias y pálidas. Si quieres leerlo pincha aquí!!!

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